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Consciencia País: Medios de comunicación con Propósito


No es la primera vez que se pone en manifiesto la necesidad debatir el rol de un medio de comunicación en la formación de un país, ni será la última. Primero, hay que tener los hechos en perspectiva, los medios de comunicación privados son empresas, como tales con un fin, generar valor para sus consumidores, dueños, empleados y de manera indirecta a la sociedad en su conjunto.

Sin embargo a diferencia de cualquier otra empresa, los medios de comunicación son una fuente de motivadores conductuales que van promoviendo arquetipos, mensajes, reflejan a la sociedad y pueden insertar objetivos colectivos de manera orgánica o intencional; en las elecciones políticas se puede ver ese ejercicio de llevar la agenda pública.

En ese poder, yace su mayor responsabilidad -social- respecto a cualquier otra empresa. Hoy en pleno siglo XXI, donde las principales empresas peruanas y en el mundo se proponen cambios estructurales en sus organizaciones para hacerse responsables con su entorno, los medios de comunicación -siendo empresas privadas- tienen el reto de dar ese paso.

No estoy en contra de la existencia de programas denominados realities, tenemos derecho a entretenernos y ellos tienen el derecho de generar valor para su negocio. Sin embargo, excusas como la “televisión no está hecha para educar” reflejan una negación terrible o una falta de comprensión del valor del medio per se. Quieran o no, cualquier medio de comunicación ejerce un estímulo que según la frecuencia genera un tipo de comportamiento o promueve una acción, si esto no fuera cierto ¿Por qué la empresas invierten millones de soles en publicidad multiplataforma para generar una compra o identificación con una marca?

Hay que invitar a los generadores de contenido, radio, televisión, medios online, entre otros a sumarse a la corriente de responsabilidad social y que ayuden a sus miles de espectadores –seguidores- a tener criterios que les permitan entender y cambiar de patrón, cuidándose de los FakeNews que abundan en la actualidad. Así, dejemos de vivir en una sociedad neurótica y pasemos a una sociedad integral, donde la consciencia país sea tal; que cada individuo sepa el peso de su rol en el desarrollo de la nación, nos tomaría menos años alcanzar una mejor calidad de vida a nivel nacional.

Rompamos el paradigma que cultura y educación son “datos memorísticos, aburridas lecturas”, también es entretenimiento, danza, deporte, dedicación, ejemplos de modos de vida y sobre todo conocimiento que permite el desarrollo del juicio crítico.


Autor:

Arturo Collahuazo Balarezo

Consultor en Comunicación


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